Grandes dimensiones en el Windbeutelbaron.

29.03.2019
Windbeutel und Kaffee

A unos 1000 m sobre el nivel del mar, en la idílica comarca bávara de Berchtesgaden, en Obersalzberg, se encuentra el restaurante Graflhöhe Windbeutelbaron.

Esta empresa familiar se especializa en la producción de buñuelos de viento gigantes. Lo más especial es que siguen la receta original de Berlín. Desde hace más de 40 años, un maestro pastelero de Berlín muy vinculado a este restaurante dejó en herencia su receta estrella al abuelo de Hans Ebner, el actual propietario. La receta sigue siendo secreta, así que Hans Ebner es el único que elabora los buñuelos de viento gigantes. El restaurante Windbeutelbaron es muy conocido entre los vecinos y los turistas. En verano no es raro que hasta 600 personas al día vayan a disfrutar de los deliciosos buñuelos y del sobrecogedor panorama alpino. Además del trabajo de día, también se celebran eventos por la noche que reciben muchos visitantes.

Weidemann Hoftrac 1280 im Einsatz

Trabajo constante en el paraíso invernal.

Para poder encargarse de una logística cada vez más exigente, en 2015 se decidieron por una Hoftrac 1280 compacta que facilitó enormemente los trabajos diarios. La 1280 transporta el equipo para los eventos desde el almacén hasta el restaurante, se lleva la basura, transporta los alimentos desde el aparcamiento hasta la cocina y mantienen en buen estado los senderos para los visitantes. El invierno pasado, cuando cayeron más de 2 m de nieve, la Hoftrac no dejó de trabajar. En enero, Hans Ebner había usado la Weidemann 90 horas para retirar la nieve. «Estoy muy contento por haber elegido la 1280 con cabina. Así también es muy cómodo trabajar con la máquina en invierno», afirma Hans Ebner. La cantidad de nieve llegó a ser tan grande que la máquina no conseguía descargar la nieve en los montones a la altura máxima.

Tareas de rescate con la 1280.

La idea de adquirir una máquina para el restaurante surgió en la feria Alles für den Gast, en Salzburgo. La familia propietaria se informó por internet sobre diferentes fabricantes. «Nos decidimos por comprar la Weidemann por el asesoramiento y la ayuda de nuestro distribuidor Steinmassl, en Petting. ¡Eso fue lo que nos convenció!», enfatiza Hans Ebner. La máquina es de mucha ayuda también fuera del restaurante. Muchas veces la prestan para ayudar a los vecinos o se utiliza en trabajos de rescate. «Durante el verano es frecuente que un excursionista se lesione y no pueda andar. Los caminos son muy estrechos, por lo que muchas veces nos llaman para que vayamos a buscar a los lesionados con nuestra Weidemann», explica el restaurador. La familia ya no quiere renunciar a su Weidemann: «Estamos encantados con la 1280. Volveríamos a decidirnos por una Weidemann», concluye Hans Ebner.