La carpintería necesita una Weidemann.

El maestro carpintero Jens Denhof dirige una carpintería en Buchenberg, al norte de Hesse, con seis empleados, dos aprendices y una Weidemann. 

Desde su sede ofrece servicios relacionados con ventanas, puertas, diseño de interiores y construcción de muebles a medida en todo el distrito y sus alrededores. Por supuesto, esto siempre implica complejos trabajos de carga. El proceso de producción implica la entrega, el almacenamiento y la retirada de materias primas. Y, los productos terminados deben cargarse para su transporte al cliente. Antes, para realizar este trabajo Jens Denhof tenía una carretilla elevadora, que contaba con varias conexiones hidráulicas para satisfacer sus necesidades. «Funcionaba, pero era algo que utilizábamos para salir del paso», afirma Jens Denhof. «Cuando Weidemann lanzó al mercado el primer manipulador telescópico compacto, el T4512, en 2009, lo añadí de inmediato a mi lista de deseos. Sin embargo, al principio era simplemente un deseo, porque ya teníamos una solución». 

No fue hasta 2020 que un amigo del pueblo, que ya tenía una Weidemann, se encargó de que entrara una máquina roja en la carpintería. Ese amigo le dijo a la especialista de Weidemann, Franca Gerhold, del distribuidor de Weidemann Chr. Janson Landmaschinen: «Pásate por Jens, necesita una Weidemann ya». Y dicho y hecho: en el invierno de 2020 se entregó en Buchenberg un T4512 de Weidemann. «El tamaño es perfecto para nosotros», afirma el propietario de la empresa, «es lo suficientemente maniobrable como para poder manipular los tableros largos en el almacén. Y, al mismo tiempo, tiene suficiente potencia para casi todos los trabajos de carga». 

La estabilidad y la movilidad todoterreno del manipulador telescópico compacto son muy útiles. Puede maniobrar mucho mejor que la carretilla elevadora en terrenos irregulares y en nieve, hielo y lluvia. Además, la cargadora tiene un manejo tan intuitivo que todos los empleados pueden utilizarla. 

Jens Denhof y su Weidemann también se dejan ver a menudo por el pueblo. Junto con sus conocidos y su Weidemann, la comunidad pudo construir por sí sola la nueva estación de bomberos. «Y en invierno todo el mundo se alegra cuando despejo los caminos del pueblo con la pala quitanieves», afirma el maestro carpintero con una sonrisa. A esto se debe también el adhesivo Pisten Bully, que confiere al Weidemann un toque individual.