La agricultura y la industria energética como mezcla innovadora
La familia Potthoff de Velen (Renania del Norte-Westfalia) tiene una granja, gestiona una gran planta fotovoltaica y en el establo de las vacas lecheras utiliza una cargadora sobre ruedas eléctrica.
Desde hace poco más de un año, la familia Potthoff posee dos nuevas máquinas Weidemann: una 4080 para trabajos pesados, como cargar el carro mezclador de forraje o las balas de paja grandes. Y también cuentan con una eHoftrac 1160. Hasta ahora, la cargadora sobre ruedas con motor diésel realizaba todo el trabajo de la granja, que cuenta con 100 vacas lecheras. «Pero queremos usar toda la electricidad posible de nuestra planta fotovoltaica y, por tanto, estábamos muy interesados en una máquina con motorización eléctrica», comenta Stefan Potthoff, que dirige el negocio junto a sus padres, Heinrich y Maria Potthoff. La planta instalada en el tejado de la gran sala de máquinas tiene 305 kW y en verano produce mucha más electricidad de la que se usa en la granja. Mayo es, de media, el mes con mayor producción. La electricidad no utilizada se vuelca en la red. Gracias al tamaño de la planta, tienen suficiente electricidad para abastecer la granja incluso los días nublados.
«Primero compramos un coche de empresa con motor eléctrico. Con una autonomía de 100 km teníamos suficiente para llegar a todos los sitios donde debíamos ir. Así es como pasamos del coche eléctrico a la eHoftrac®. Con ella realizamos casi todos los trabajos de la granja: desde esparcir paja en los establos y limpiar las rendijas, hasta empujar el forraje, retirar el estiércol de los iglús de los terneros y barrer la granja. Es nuestra máquina multiusos de carga y transporte por excelencia. Desde el principio, todos estaban entusiasmados con las múltiples posibilidades de aplicación, la aceleración y la ausencia de emisiones de gases de escape. Además, su conducción es muy silenciosa», añade Stefan Potthoff. Lo que más aprecia este agricultor sobre la motorización eléctrica es que el accionamiento de traslación es independiente de la bomba de engranajes, de modo que puede conducirse al ralentí y aun así ofrecer todo el caudal de aceite, por ejemplo, al esparcir la paja o al barrer. «Por el contrario, con el motor diésel tengo que conducir por el establo a todo gas con el correspondiente ruido y los gases de escape», comenta. Además de los vehículos eléctricos también hay, por ejemplo, una bomba de riego conectada a la planta fotovoltaica y, por supuesto, en la granja se utilizan muchos otros equipos de batería, como las tijeras para podar, las máquinas cortadoras y un patinete, entre otros.
En teoría, una carga de la batería de la eHoftrac 1160 dura cinco horas. «Pero ningún trabajo dura tanto, de modo que siempre podemos cargar parcialmente la cargadora en la estación de carga para que la máquina siempre esté lista», explica Potthoff. Por supuesto, dos cargadoras son más caras. Pero aun así vale la pena. «En verano casi no pagamos electricidad, en invierno sin embargo nos cuesta unos 1000 euros al mes», afirma el agricultor. Además, así la cargadora sobre ruedas grande, la 4080, con motor diésel no se desgasta tan rápido y puede usarse durante más tiempo. Cada cargadora se utiliza exactamente para el fin con el que se ha construido en su categoría de tamaño, algo obvio a nivel de rentabilidad. Debido a su buena experiencia con la cargadora eléctrica, también compraría una más grande con motor eléctrico. «Queremos que todas las motorizaciones de la granja sean eléctricas si es posible, así estaremos preparados para cuando las plantas de energía solar ya no reciban ninguna subvención de la CEE», comenta. Además de las ventajas económicas, la empresa, que actualmente se está cambiando a la producción lechera orgánica, también quiere usar la motorización ecológica con fines de marketing.