Justo en medio de un paraíso familiar y de ocio.
El Ponyhof Leiting se encuentra en una zona idílica y tranquila, cerca de la frontera holandesa.
Esta empresa familiar fue fundada en 1966 por Hansi Leiting, que la construyó con mucho cariño, y ahora está dirigida por la segunda generación de la mano de Thomas Leiting y su esposa, Melanie. Al principio de la historia de la empresa, empezaron con un solo poni y un pequeño parque infantil.
Para grandes y pequeños.
La granja cuenta ahora con 39 ponis, varias cabras, ovejas, burros y gallinas y se extiende sobre más de 30 hectáreas, donde sobre todo los niños pueden disfrutar de una gran experiencia de ocio. Desde paseos en poni, la celebración de cumpleaños infantiles, la conducción de autochoques y un paseo en el Western Express hasta simplemente divertirse en su gran parque infantil: este centro tiene algo para todo el mundo. Sus ya más de 40 empleados también tienen mucho que hacer. Entre otras cosas, se encargan de cuidar a los ponis y de servir en el quiosco o en la cervecería al aire libre.
Un «nuevo miembro eléctrico en la familia» para los Leiting.
Para que todos los trabajos relacionados con la granja de ponis puedan realizarse de forma rápida y eficiente, la familia Leiting ha elegido la eHoftrac 1160, silenciosa y sin emisiones. La máquina se utiliza principalmente para alimentar a los caballos, limpiar el estiércol de los establos, transportar la basura y mover las mesas. Para ello, esta empresa familiar adquirió, entre otras cosas, una horquilla para palés, una horquilla para balas y una cuchara para materiales ligeros. La eHoftrac se utiliza entre dos y tres horas al día y ya lleva unas 500 horas de servicio.
Propietarios felices y visitantes satisfechos.
«Estamos muy contentos con nuestra Weidemann. Esta máquina es ideal para nuestro trabajo diario y, sobre todo, no genera emisiones ni gases de escape en la granja», explica Thomas Leiting. Su padre Hansi añade: «Podemos conducir la máquina incluso durante el horario de apertura, y a los visitantes no les molesta, porque la Weidemann es totalmente silenciosa».