Para los vivos y para los muertos
Un lugar de variados encuentros El cementerio evangélico luterano Johannisfriedhof, uno de los más grandes y bonitos de Alemania, se encuentra en Tolkewitz, una parte de la ciudad de Dresde. Para preservar y mantener los extensos parques, el cementerio cuenta con la ayuda de Weidemann.
Desde 1881 existe el «Nuevo Johannisfriedhof» en Dresde. Las antiguas tumbas familiares con monumentos laboriosos y lápidas conmemorativas se encuentran en un parque de aproximadamente 25 hectáreas, junto a modernas sepulturas orgánicas, ataúdes y urnas. Hay alrededor de 37.500 lugares para sepulturas, aunque no todas están ocupadas. «Actualmente contamos con 9000 sepulturas», indica la directora del cementerio Beatrice Teichmann. A las que hay que añadir cerca de 3000 monumentos de otras épocas. Actualmente, muchos parientes ya no pueden hacerse cargo de cuidar las tumbas de sus familiares, por lo que el propio jardinero del cementerio Johannisfriedhof se encarga de unas 2500 sepulturas. En la gestión, el cuidado y la conservación de los lugares de descanso y los parques hay una amplia variedad de tareas, razón por la que a principios de 2017 la dirección del cementerio buscó una máquina adecuada.
Una exhaustiva prueba en condiciones de uso reales.
El contrato fue finalmente adjudicado al distribuidor de Weidemann, Arneuba, con su distribuidor local, Kändler Garten- & Kommunaltechnik. Para poder probar la máquina, Frank Süß de Arneuba proporcionó una 2080 de Weidemann durante un par de días. «No fue nada fácil tener lista la máquina con el equipamiento adecuado con tan poca antelación», comenta el vendedor, «el cementerio Johannisfriedhof tenía unos elevados requisitos que teníamos que cumplir».
Por ejemplo, con tan poca antelación Frank Süß no pudo entregar la cargadora sobre ruedas con el cucharón universal deseado, «en cambio, equipé la 2080 con un cucharón para tierra grande que teníamos en el almacén». Lo que al principio fue un inconveniente, acabó siendo una ventaja, ya que el trabajo con el cucharón para tierra fue tan bien recibido que al final lo acabaron comprando. «El hecho de poder cambiar rápidamente un gran número de implementos y utilizarlos de forma universal fue una de las principales razones de nuestra decisión», explica Beatrice Teichmann. Actualmente, la administración del cementerio está planificando implementar un nuevo sistema de recolección de residuos, en el que también se utilizará la Weidemann. Además, el peso, la anchura y los neumáticos de la máquina fueron muy importantes a la hora de elegir la cargadora adecuada para el cementerio. Las instalaciones del cementerio Johannisfriedhof tienen suelos predominantemente arenosos con caminos antiguos estrechos y otros nuevos enlodados. Para no sobrecargar los prados y los caminos, la máquina tenía que ser suficientemente estrecha y, al mismo tiempo, no suponer un gran peso para el suelo. La 2080 de Weidemann, con una anchura total de 1,68 m (sobre los neumáticos) y unos neumáticos para césped respetuosos con el suelo, pudo cumplir de sobra este importante criterio.
Un atractivo diseño de producto.
Sven Petzold, uno de los cuatro conductores de Weidemann en el Johannisfriedhof, añade: «También tenemos que hacer nuestro trabajo durante el día cuando hay muchos visitantes en el cementerio. La Weidemann no parece una máquina para la construcción, por lo que es más agradable para nuestros visitantes». El nivel de ruido también era menor en comparación con las otras cargadoras, lo que a su vez aumenta la aceptación durante su uso. La 2080 de Weidemann es perfecta para el cementerio Johannisfriedhof en Dresde.